jueves, 11 de abril de 2013

Cuando te duelen las dilataciones sabes que no va a ser un buen día



Estás aquí, no sabes como te has dejado convencer. Esa horrible manía tuya de no saber dejar de lado a un amigo por muchas veces que este te haya tirado a la basura.
Bien. Estás aquí.
Te rodea gente que quiere demostrar lo inteligente que es y tú solo puedes pensar que matarías por un cigarro, una erudita tú.
Están hablando de cosas que en el fondo te importan una mierda pero tampoco consiguen que te sientas patéticamente expuesta, disfrutas de la sensación de soledad acompañada mientras el sol te hace entrar en calor y sigues sin tabaco.
Estás aquí.
Alguien repara en tu presencia y te sonríe, solo un segundo. Devuelves la sonrisa no para seguir el rollo más bien porque te produce ternura ver que tiene experiencia nula en la caza y que te lo puedes devorar de un bocado. Debe estar ciego si es incapaz de ver todas las historias de camas sudadas que cuentan tus ojos. Pero podría ser divertido. No, hoy no tienes ganas de jugar.

- Va a venir, no te lo quería decir pero igual viene ¿Ahora os lleváis bien, no?

De golpe notas cien mil Titanics naufragar en tu estomago. 

Va a venir, va a venir, va a venir, va a venir, va a venir....

Te das cuenta que eres una idiota. 
Hoy te has maquillado más de lo normal y te has puesto la blusa transparente que no deja nada a la imaginación y deja ver por completo el tatuaje nuevo, es en ese momento cuando sabes que Él se va a reír de ti.
Eres idiota.
No puedes evitar ponerte colorada y eso es lo que más odias de la situación.
Tu mente busca frenética una excusa para poder escaparte, para correr al refugio seguro de tu casa. Quizás sirva la excusa de los perros, están solos y pobres, no es justo. O decir que no la has avisado que salías y no quieres una discusión al llegar a casa. O puedes irte así sin más, sin dar ninguna explicación.
Eres idiota.
Y entonces ves el pelo pelirrojo al final del pasillo, vuestros ojos se cruzan y aparecen esos colmillos que no puedes evitar imaginarte mordiendo tu labio.
Notas el palpitar en la vagina.
Eres idiota y estás aquí.






6 comentarios:

  1. ya, pero estás ahí porque eso te hace sentirte viva, o algo así (en cursiva).

    no hay nada que más me joda en el mundo que ponerme roja. es una señal tan obvia de que lo que te están diciendo no te da igual, aunque sonrías o hagas alguna broma súper ingeniosa...

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  2. Poco que decir... dejamos el final para la imaginación.

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    1. Al final despues de unos cuantos cubatas acabamos discutiendo por su actitud y como siempre fui yo la que se fue llorando. Moraleja: soy adicta a una persona toxica....

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    2. ¿Mereció la pena, entonces? Su actitud habla por sí sola, además, tienes a otra persona que, supongo, sabe valorarte y te quiere...
      Sabes que te perjudica y que NO merece tus lágrimas. Tu tiempo, tus sentimientos, no debes dedicarlos a una persona que te hace sufrir.

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  3. Vaya putada... Tendrías que haber escapado, hay cosas que es mejor evitar...Sólo espero que ahora estés mejor, esas cosas suelen resultar mal :\

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  4. Hola nena!! que mala suerte, pero eso tu no podias saberlo, que apareceria alli, asi que no te tortures bale!! Espero que estes mejor, un abrazo!

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